Abstract:
El objetivo de este artículo es analizar algunos aspectos de una práctica social que no existía hace 20 años, que requiere formas particulares de lectura y de escritura y que es representativa de algunas de las transacciones letradas que gobiernan el presente. Se trata del discurso electrónico en la calle, producido a través de pantallas táctiles interactivas y que sirve para infinidad de gestiones. El marco teórico en el que se inserta este análisis es el de los Nuevos Estudios de Literacidad (Barton y Hamilton, 1998; Zabala, 2002; Zabala, Niño-Murcia y Ames (eds.) 2004; NEL en adelante) Los NEL investigan, con métodos empíricos, la utilización que las comunidades humanas hacen de la escritura. Abarcan, por lo tanto, el estudio de todo lo referente al uso de la escritura, desde las características del código alfabético y la estructura de los discursos, hasta la configuración de las interacciones en contexto o los valores sociales y las representaciones conceptuales derivadas de ellos. La literacidad se define, entonces, como una actividad social más que individual, situada en comunidades lingüísticas que comparten el idioma, los discursos y la cultura.