Abstract:
Al monasterio riojano de San Millán de la Cogolla, fueron incorporados en el siglo XI varias docenas de pequeños cenobios sitos en los territorios de Castella Vetula, Álava y Vizcaya; algunos de estos monasterios incorporados entregaron también a San Millán su propia documentación, pero la mayor parte de ellos no aportaron los títulos de las propiedades que con ellos se unían al cenobio riojano. Este vacío documental fue colmado en el siglo XII creando o falsificando diplomas para justificar la pertenencia de esas propiedades a su monasterio. San Emeterio de Taranco, en cuyos diplomas aparece por primera vez el nombre de Castilla, es uno de los monasterios incorporados a San Millán. Ocho son los diplomas emilianenses referentes a San Emeterio de Taranco; se analiza la fiabilidad de cada una de las unidades de este bloque documental, admitiendo la veracidad de cinco de ellas y afirmando el carácter apócrifo de las tres restantes. A continuación, a la luz de estas conclusiones y prescindiendo de los tres declarados apócrifos, se dibuja la verdadera historia de este emblemático monasterio castellano del Valle de Mena, con especial atención a las menciones de Castilla, Mena y Losa en los falsos diplomas emilianenses atribuidos al siglo IX.