La figura histórica de Constantino se convirtió en un mito hagiográfico por parte de los apologistas cristianos (Lactancio, Eusebio de Cesarea y otros) ya en vida del emperador y, especialmente, después de su muerte. Pero el mito experimentó recorridos diferentes en las dos Partes Imperii: en Occidente, con la desaparición del arrianismo y las aspiraciones a la primacía de los obispos de Roma, se procedió a reelaborar aspectos importantes de la vida del emperador para apoyar a las aspiraciones del naciente papado. Fue así como surgió, primero, en el siglo V, la leyenda de los Actus Silvestri que atribuía al obispo de Roma Silvestre (314-335) un protagonismo que nunca tuvo: la conversión y bautismo de Constantino y la atribución al obispo de Roma de una primacía sobre los demás obispos. Otra leyenda posterior, la Donatio Constantini , le atribuyó la concesión de un poder temporal sobre toda Italia. Estas leyendas fueron utilizadas por los papas del Medievo para fundamentar la figura del papa-emperador frente a las aspiraciones de los emperadores del Sacro Imperio. La demostración por los Humanistas del Renacimiento de la falsedad de estas obras no alteró las aspiraciones del papado, mientras que los Reformadores protestantes se sirvieron de ello para atacar la figura del papa y reelaborar una nueva imagen mítica de Constantino acorde con sus intereses. Pero la Iglesia Romana sobrevivió a las críticas del Renacimiento, la Ilustración y las Revoluciones modernas y todavía hoy el papa mantiene algunas manifestaciones del poder y del ceremonial que heredó de los emperadores romanos.
The historical figure of Constantine became a hagiographic myth by Christian apologists (Lactantius, Eusebius of Caesarea, and others) and in the emperor's life and especially after his death. But the myth experienced different journeys in both Parties Imperii: in the West, with the disappearance of Arianism and aspirations to the primacy of the bishops of Rome, he proceeded to rework important aspects of the life of the emperor to support the aspirations of the emerging papacy. It was thus emerged first in the V century, the legend of the Actus Silvestri he attributed to the bishop of Rome Sylvester (314-335) a prominence it never had: the conversion and baptism of Constantine and the attribution to the Bishop of Rome primacy over other bishops. Another legend later, the Donatio Constantini, attributed the granting of a temporary power over all Italy. These legends were used by medieval popes to substantiate the figure of the popeemperor against the aspirations of the Holy Roman Emperor. The demonstration by the Humanists of the Renaissance of the falsity of these works did not alter the aspirations of the papacy, while the Protestant Reformers uses it to attack the figure of the pope and rework a new mythic image of Constantine in line with their interests. But the Roman Church has survived the criticism of the Renaissance, the Enlightenment and the modern revolutions Pope still maintains some manifestations of power and ceremony that he inherited from the Roman emperors.
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