Octavio, quien ingresó a la política romana tras el asesinato de Julio César en marzo del año 44 a. C., asumió la tarea de organizar un estado en decadencia, simulando continuar con las instituciones de la antigua República. En la construcción de un nuevo orden político, el joven Octaviano transformó las estructuras de conocimiento, que ostentaba la élite republicana, para que anticuarios, juristas, poetas y artistas plásticos dieran forma, a través de sus obras, de un ambicioso programa cultural. Entre estos, el poeta Horacio, conocido entonces por su producción lírica, se ajustó al ideario augustal al componer, a pedido del emperador, el Carmen Saeculare, un himno destinado a ser cantado durante los “Juegos del Siglo” del 17 a. C., con el cual se rogaría particularmente a los dioses del Palatino—los protectores de Augusto—para que Roma gozara de paz, abundancia y fecundidad eternas.
Octavius, who entered the Roman politics after the assassination of Julius Caesar in March 44 B.C, assumed the task of organizing a state in decline, simulating the permanence of the institutions of the ancient Republic. Building a new political order, the young Octavian transformed the knowledge structures that held the Republican elite, to antiquarian, lawyers, poets and artists give way, through their works, an ambitious cultural program. Among these, the poet Horace, then known for his lyrical production, was adjusted to the Augustan ideology to compose, at the request of the emperor, the Carmen Saeculare, an hymn meant to be sung during the “Games of the Century” (17 B.C.), specially to pray the gods of the Palatine—the protectors of Augustus— so that Rome would enjoy eternal peace, abundance and fertility.