No se trata de decidir sobre esos desajustes, de medir la
distancia que hay entre los discursos y las prácticas que no lo son (i.e. no le compete al
análisis del discurso verificar la “verdad” del decir político, investigar las “mentiras”
que puede pronunciar un actor). La pregunta que nos interesa contestar no es qué es
realmente el kirchnerismo, cuál es su “esencia”, sino cómo funciona el discurso kirchnerista. Se me dirá que la lógica de este funcionamiento tampoco está cerrada. Puede ser. Pero los datos
existentes sí permiten postular cómo el discurso kirchnerista ha intervenido en el
campo político, cómo ha intentado redistribuir sus identidades, agrupar sus actores y
organizar sus sentidos.
Fil. Bermúdez, Nicolás Diego. Universidad de Buenos Aires.Facultad de Filosofía y Letras