Esta investigación amplió su objeto de estudio; ya no se trataba solo de pensar la
literatura en relación con otros discursos, sino de rastrear qué ideas e imágenes sobre "lo
científico" surgieron de aquellas zonas de la cultura de entre siglos donde no se
producía "ciencia", pero donde, en diferentes modos, se especulaba sobre ella,
Nos propusimos entonces el estudio de los tres ámbitos que, desde nuestra
perspectiva, intervinieron activamente en la construcción de un imaginario vulgarizado de "lo científico". En primer lugar, el análisis de periódicos y revistas dirigidos al gran
público —entre los que privilegiamos los diarios La Nación y La Prensa, y el semanario
ilustrado Caras y Caretas—, donde la idea de ciencia no es, en ningún sentido,
homogénea ni estable, sino que, por el contrario, se trató de uno de los terrenos
simbólicos más heterogéneos y sobre todo expansivos de las "novedades científicas". En segundo lugar, abordamos el ámbito de los espiritualismos con ambiciones
científicas, como el espiritismo, Ia teosofia y el magnetismo, que fue también un notable
productor de imaginaciones sobre la ciencia, ciertamente rico para detectar las
consecuencias impensadas del fuerte prestigio de las ciencias como forma del
conocimiento del mundo. Por último, estudiamos una tercera zona de la cultura de entre siglos que
decididamente ha contribuido a la conformación de un imaginario científico, y que
sobre todo cultivó una forma única y particular de Ia imaginación: la literatura fantástica
que comenzó a consolidarse coma género en el periodo de entre siglos, bajo la
modalidad de "fantasía científica"
Fil: Quereilhac, Soledad. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras.