El 31 de mayo de 1565, el capitán Diego de Villarroel fundó la ciudad de San Miguel de Tucumán en Ibatín, zona pedemontana de abundante vegetación y población indígena. Su localización estratégica respondía tanto a la necesidad de establecer una frontera frente a los indígenas rebeldes de los valles calchaquíes como a su función de nexo entre el Río de la Plata y el Alto Perú. En 1685, la ciudad fue trasladada a su actual emplazamiento, y el asentamiento original quedó abandonado, cubierto por la vegetación y en manos privadas. Este trabajo analiza la evolución del concepto de patrimonio cultural en San Miguel de Tucumán, centrado en la revalorización del sitio arqueológico de Ibatín, cuya patrimonialización se manifiesta en dos momentos históricos: uno, entre fines del siglo XIX y comienzos del XX, orientado a rescatar tradiciones e integrar a la población mediante valores comunes; otro, en contextos autoritarios, donde la cultura se utilizó como dispositivo de control social. Patrimonio cultural, natural y memoria colectiva se articulan aquí en una investigación que reconstruye el proceso, no exento de tensiones, por el cual Ibatín se constituye en bien patrimonial.
Fil: Arana, María Margarita. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras.