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Esta investigación tiene por propósito central analizar las experiencias sindicales
y políticas de los trabajadores tucumanos en general y del movimiento sindical en
particular durante el período 1930-1943. A partir de un abordaje social, pero a la vez
intensamente político, se hace hincapié en sus formas de organización y de lucha, en el
contenido político de sus prácticas —sindicales y sociales— y también en el de sus
discursos, porque allí habitan, explícita o sutilmente, las líneas de sus estrategias, sus
ideas, sus sentires y sus anhelos. La hipótesis que guía esa investigación sostiene que durante los años 1930-1943
los trabajadores tucumanos dieron forma a un movimiento sindical más estable y
consolidado a través de sus organizaciones y, en el mismo tránsito, se afianzaron
también como actores políticos. En ese sentido, son varios los supuestos que construyen
la hipótesis general. La desagregación sufrida durante los primeros años de la década
obligó a la dirigencia sindical a pensar nuevos sentidos comunes para fortalecer sus
organizaciones y sostener la lucha. En ese camino, los cambios en los patrones de
autoreconocimiento, especialmente los vinculados a su lugar en la sociedad, les
permitieron a los líderes sindicales construir, una legitimación social y política sobre la
cual los mandatarios de cuño radical, que gobernaron la provincia a partir de 1935,
tuvieron una influencia destacable. Pero esta particular situación política, "la cuestión
radical", también incentivó la presencia de bandas armadas y, posteriormente, una
intervención federal a la provincia. En virtud de estos acontecimientos el movimiento
sindical forjó solidaridades, alianzas y vínculos nuevos con amplios sectores sociales y
políticos pensados para defender "valores amenazados". Esta nueva dinámica de
relaciones, en conjunto con el fortalecimiento de sus organizaciones —que implicó
también la construcción sindical en la zona azucarera—y la lectura del contexto posible
de acción, fueron los factores más relevantes en la transformación de la cultura política
de los trabajadores tucumanos. En tal sentido, la complejidad de los conflictos internos
—ideológicos y políticos— así como las diferencias con las direcciones nacionales, no
impidieron que frente a los problemas políticos que atravesaban la provincia y el país, el
movimiento obrero se conformara como una alternativa válida para "salvaguardar" la
democracia en un escenario político y social que parecía desmoronarse. |
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