Abstract:
La tesis doctoral se propuso analizar los itinerarios terapéuticos y las prácticas de cuidado de niños afectados por cáncer en el marco de las migraciones desarrolladas desde las regiones del Noroeste (NOA) y Noreste Argentino (NEA) hacia la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) para acceder a diagnósticos y/o atención médica. El objetivo general fue reconstruir las prácticas, experiencias, significados y sentidos que se ponen en juego a lo largo de estos recorridos, caracterizando las condiciones sociales, económicas y políticas que inciden en el acceso a los servicios de salud en los lugares de origen y analizando las implicancias materiales y simbólicas del proceso migratorio en la reestructuración de la vida cotidiana. La hipótesis central del trabajo sostiene que las migraciones hacia la CABA para tratamientos oncológicos infantiles son parte de recorridos de búsquedas de cuidados más amplios que conforman los itinerarios terapéuticos, desarrollados principalmente por las madres. Se argumenta que estos procesos migratorios están anclados en factores estructurales como la pobreza y la distribución desigual de los recursos sanitarios, y que lo que moviliza estos itinerarios no es una conducta estrictamente racional, sino una lógica del cuidado. La metodología empleada fue un abordaje etnográfico calificado como de “alta complejidad”, desarrollado entre mayo de 2013 y diciembre de 2015. El trabajo de campo tuvo como epicentro el Hospital de Pediatría Garrahan en CABA, además de incluir una organización no gubernamental y hoteles donde se alojaban las familias. Se utilizaron técnicas como la observación participante y la realización de diecisiete entrevistas semi-estructuradas en profundidad a madres y padres de los niños provenientes del NOA y NEA. El análisis se centró en las narrativas de los sujetos para reconstruir los itinerarios, aplicando un enfoque teórico relacional que hizo un desplazamiento del foco de la enfermedad biológica a las prácticas de cuidado y la movilidad. Las conclusiones indican que la migración se constituye como un recurso terapéutico que modifica sustancialmente el curso de la enfermedad, siendo a menudo la única alternativa de cura. El análisis reveló que la enfermedad y la migración conforman una "unidad de experiencia" o período liminal, caracterizado por la ambigüedad, el sufrimiento y el desarraigo. A lo largo de estos itinerarios, las madres, actuando como agentes clave y gestoras de la salud, despliegan tácticas y estrategias para sortear obstáculos y movilizan redes sociales y cadenas de cuidado. Sin embargo, el sistema biomédico reproduce un modelo maternalista del cuidado, delegando esta responsabilidad casi exclusivamente sobre las mujeres y generando una intensa sobrecarga física y emocional. El trabajo subraya la importancia política de visibilizar el cuidado y discutir su distribución social.