Abstract:
La tesis doctoral, defendida en 2023 en la Universidad de Buenos Aires, aborda El problema de la vida activa y la vida contemplativa en Petrarca y Bruni. El objetivo principal de la investigación es analizar los modos en que estos dos autores del Renacimiento concibieron la relación entre la vita activa (la vida del político) y la vita contemplativa (la vida del intelectual). El análisis se enmarca en la continuidad de la escisión entre teoría y praxis y la función social del conocimiento, así como la pregunta individual sobre el modo de vida que conduce a la felicidad. La hipótesis central sostiene que durante el período del humanismo renacentista, la tradicional dicotomía activo-contemplativo heredada de la Edad Media comenzó a entrar en crisis porque los modos de vida disponibles se ampliaron y diversificaron. Además, la tesis busca corroborar que la argumentación de Petrarca, Salutati y Bruni conllevó una revalorización de la vida activa. El marco metodológico se basa en la lectura y el necesario análisis filológico de las fuentes, complementado con una operación dialógica de interpretación, entendida como la "fusión de horizontes" (Gadamer). Se utiliza un enfoque contextualista (Skinner, Rorty) para describir en qué consistía ser un intelectual en esa época, empleando también el concepto de "zona de tensión dialógica" (Mársico) para situar los debates entre los autores. La tesis se estructura en dos partes: un panorama general de los autores y otros humanistas (como Salutati) y un análisis detallado del problema central en las obras de Petrarca y Bruni. El corpus incluye textos biográficos y autobiográficos como el De vita solitaria y el Secretum de Petrarca, y la Laudatio florentine urbis, los Diálogos a Pier Paolo Vergerio y las Vite di Dante e del Petrarca de Bruni. Las conclusiones indican que la revalorización de la vida activa fue un proceso complejo. Petrarca, al rechazar los términos rígidos "vida activa" y "vida contemplativa" (asociados al aristotelismo escolástico), propuso una síntesis a través de los conceptos clásicos de otium y negotium. En su Secretum, esta síntesis se manifiesta como una "ipseidad dialógica" en la que el individuo (Francesco) busca reunir los "fragmentos dispersos de [su] alma" para alcanzar la unidad narrativa, aunque esto se presente como un proceso de crisis y conflicto. Bruni, por su parte, impulsó una defensa de la vida activa como la vida propiamente humana, mientras que consideraba la contemplativa como "más rara" y "divina". Para Bruni, la felicidad no depende de un único modo de vida, sino de la constancia en el camino elegido. Este enfoque estuvo ligado al humanismo cívico y a la defensa de la república, ya que solo en una ciudad libre se podía lograr el equilibrio entre el estudio y los deberes cívicos. Bruni utilizó herramientas filológicas, como sus traducciones y la crítica biográfica (al desestimar la ambición moralista de Plutarco), para desvincular el conocimiento de la teología y crear un modelo de intelectual dinámico y secular, capaz de mostrar diferentes facetas (personae) en la vida pública.