Durante el relevamiento de una localidad con arte rupestre en nuestra área de investigación de Los Antiguos-Monte Zeballos-Paso Roballos, Santa Cruz (Argentina), hallamos que un sector del mismo espacio era usado como santuario religioso de la Virgen María, instalación que parcialmente afectó a las pinturas indígenas y ponía potencialmente en riesgo su preservación. El objetivo de esta presentación es problematizar la historia de un lugar en particular y la trama social en la que se encuentra inserto. Veremos cómo diferentes actores sociales se han apropiado y dado uso a dicho lugar en distintos momentos del pasado, y cómo, actualmente, sigue siendo utilizado para distintos propósitos, o es percibido por diferentes agentes, activos o pasivos, con quienes hemos interactuado en nuestra práctica en el terreno. Estas situaciones de tensión demandaron activar mecanismos de diálogo y negociación, posibilitando intercambiar información, conocimientos y vivencias acerca del valor y significado que estos lugares y su materialidad poseen. Esto permitió encarar la reparación de las paredes, revitalizar el valor cultural e histórico de las pictografías indígenas y mantener el carácter del santuario religioso.
When recording a rock art locality in our research area in Los Antiguos-Monte Zeballos-Paso Roballos, Santa Cruz (Argentina), we found that a section was being used as a religious sanctuary dedicated to the Virgin Mary, and that this installation had partially impacted on the indigenous art, potentially putting its preservation at risk. In this article we problematize the history of this place and its surrounding social network. We examine how different social actors have appropriated and used this same place both in the past and present, for different purposes, many of whom we have interacted with during our fieldwork. These moments of tension called for mechanisms of dialogue and negotiation in order to exchange information, knowledge and experiences concerning the value and significance of these places and their materiality. This allowed us to repair the walls, revitalize the cultural and historical value of the indigenous depictions and yet maintain the religious sanctuary.