Estamos frente a un cuadro de Piet Mondrian. Nos acercamos y Ieemos el título
en el cartel que está a su lado: "Composición con dos líneas", 1931. Nos alejamos. Efectivamente es un rombo blanco con dos líneas negras formando un ángulo de noventa grados. Al menos eso parece. Si nos acercamos nuevamente percibimos Ia textura. El blanco adquiere un cuerpo velado. El trazo que cubre Ia forma y esa forma por el trazo se transforma en contenido. La forma y el color dejan de ser accidentes de ese cuerpo velado. Adquieren una autonomía, y esa autonomía depende del despojamiento de lo accesorio. Si forma y color ya no son meros accidentes, queda descubierto lo elemental, y lo elemental sin duda queda cubierto por el silencio.
Fil: Margarit, Lucas. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras; Buenos Aires