Abstract:
Hipótesis y Objetivos: El objetivo principal de esta tesis es reconstruir los procesos de distinción religiosa construidos y desplegados por miembros de la alta sociedad porteña durante la segunda mitad del siglo XIX.
El trabajo se sostiene sobre dos argumentos centrales. Primero, que las experiencias formativas católicas de figuras clave como Félix Frías, José Manuel Estrada y Pedro Goyena son fundamentales para comprender cómo este grupo social pensaba y actuaba en la disputa por el proyecto nacional. Segundo, que los discursos y sentidos que este grupo construyó durante dicha disputa se convirtieron en los mecanismos de distinción religiosa que definieron a la alta sociedad porteña hacia finales del siglo. Los objetivos específicos incluyen analizar las trayectorias formativas de estos tres sujetos, situar la creación de espacios sociales católicos (como la Sociedad San Vicente de Paúl y el Club Católico Argentino) en su contexto político y social, y analizar sus narrativas y acciones como formas efectivas de diferenciación.
Metodología: La investigación se enmarca en una perspectiva antropológica que se enfoca en la vida cotidiana y la agencia de los sujetos. Teóricamente, se apoya en el enfoque de la etnografía educativa y en el concepto de "experiencias formativas" para analizar cómo se apropian y utilizan los recursos culturales disponibles. Debido a las limitaciones impuestas por la pandemia de COVID-19, el trabajo de campo tradicional fue reemplazado por un análisis exhaustivo de fuentes documentales accesibles de manera virtual. Las fuentes primarias incluyen los "Escritos y discursos de Félix Frías", obras de José Manuel Estrada y Pedro Goyena, y documentos originales de la Sociedad San Vicente de Paúl. Estas se complementaron con fuentes secundarias, principalmente trabajos de historiadores especializados en el período y la temática.
Conclusiones: La tesis concluye que los procesos de distinción religiosa fueron una construcción activa por parte de un sector de la alta sociedad porteña para legitimar su posición social en un contexto de profundos cambios y disputas ideológicas. La creación de espacios católicos exclusivos, como la Sociedad San Vicente de Paúl y el Club Católico, junto con medios de difusión como el diario La Unión, funcionó para consolidar una identidad grupal basada en una pretendida superioridad moral. Esta superioridad se anclaba en la idea de que, a diferencia de otros sectores de la elite "corrompidos" por el materialismo, ellos poseían los valores católicos correctos para guiar a la nación hacia un progreso ordenado. Se construyó una imagen del estanciero y del político "doblemente virtuoso": moderno en lo económico y piadoso en lo espiritual, lo que les permitía justificar su riqueza y poder como un medio para el bien común. Estos discursos y prácticas no solo los diferenciaban de otros grupos sociales, sino también de las facciones liberales dentro de la propia elite. Finalmente, se afirma que estas narrativas dejaron huellas duraderas en la forma en que la clase alta argentina se piensa a sí misma y su rol en la historia nacional.