Después de la sonada controversia, que durante el último tercio del siglo pasado puso a prueba el buen sentido de los historiadores, suscitada,
en torno a los móviles en virtud de los cuales la cuarta Cruzada, apartándose de su objetivo inmediato, ancló en Bizancio y dió vida al Imperio
latino, dos tendencias permanecen firmes aún hoy.
La de aquellos que fieles a Villehardouin sostienen la preponderancia
de un factor ocasional determinando el curso de los acontecimientos y
la de quienes se inclinan a aceptar la existencia de una confabulación,
que presenta a la conquista de Constantinopla en 1204, como un hecho
premeditado desde tiempo atrás.
Fil: Mundo, Sara I. de. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Historia Antigua y Medieval “José Luis Romero”; Argentina.