En los primeros años del siglo XVI Juan Ramón de Trasmiera escribía el Triunfo Raimundino. El titulo era un homenaje a Raimundo de Borgoña, el repoblador de la ciudad en época de Alfonso VI. Pero ese no era el principal argumento. Se trataba de una pequeña pieza poética dedicada a elogiar las principales casas y linajes salmantinos de su tiempo, agrupadas en los bandos de Santo Tomé y San Benito. La preocupación directa era describir mediante rimas habilidosas los apellidos, armas y blasones de los personajes más ilustres de la ciudad y de los antepasados. Desde este punto de vista, la obra se inscribe dentro de la literatura heráldica, al modo de armorial en verso. Pero el autor emitía opiniones sobre comportamientos, leyendas de origen, hazañas relacionadas con aventuras caballerescas, guerras exteriores, servicio a los reyes, victorias de la reconquista y otros éxitos políticos o militares de los personajes protagonistas, que se remiten a los largos siglos de la Edad Media. Estas valoraciones, pese a que se trata de una composición personal del autor, permiten acercarse al imaginario sobre el sector más alto de la sociedad urbana, sus valores, los méritos susceptibles de ser objeto de admiración. Esta es la perspectiva desde la que se analiza aquí esta obra, la del discurso sobre la nobleza, el honor familiar y los resortes de la notoriedad en la ciudad.
Fil: Monsalvo Antón, José María. Universidad de Salamanca; España.