Abstract:
La presente investigación se centró en describir y analizar los saberes que pediatras de centros de salud construyen sobre la alimentación infantil. La hipótesis de trabajo principal sostiene que las pediatras de los Centros de Atención Primaria de la Salud dimensionan la crianza y la alimentación infantil como competencia y responsabilidad exclusiva de un cierto modelo de familia y de maternidad, indicando modalidades y espacios adecuados e inadecuados para realizarla. Además, se postula que al construir saberes moralizantes sobre las poblaciones y sus prácticas de crianza y alimentación, las profesionales despliegan un trabajo regulador en el consultorio como forma de intervenir en la realidad que perciben. El objetivo general de la investigación consiste en describir y analizar los saberes de las pediatras respecto a la alimentación infantil, vinculados con las prácticas de crianza y cuidado de los niños. Los objetivos específicos incluyeron describir las características sociohistóricas y socioeconómicas de la población de la localidad de Bardana, donde se encuentran los centros; describir los programas alimentarios implementados; relevar los saberes de las pediatras sobre el cuidado, la crianza y la alimentación infantil; y analizar el abordaje de las problemáticas alimentarias desplegado por las médicas. La metodología se basó en un enfoque etnográfico. El trabajo de campo, realizado en tres Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) en Bardana, se desarrolló entre septiembre y diciembre de 2018 y de marzo a julio de 2019. Las estrategias metodológicas empleadas fueron la observación participante en las instituciones, la realización de entrevistas abiertas no dirigidas, en profundidad y semi-estructuradas con el personal (siendo las pediatras las interlocutoras privilegiadas), y el relevamiento de fuentes secundarias como volantes y afiches. Entre las conclusiones, se confirma que los discursos de las pediatras estaban moldeados por tres ejes: su tradición disciplinar (el Modelo Médico Hegemónico), discursos sociales ampliamente difundidos (que incluían estigmatización por nacionalidad, condición laboral o nivel educativo), y sus trayectorias personales y profesionales particulares. El argumento moralizante de la falta de información o la caracterización de las prácticas familiares como erróneas situaba el problema dentro de los límites del consultorio, haciendo del trabajo pedagógico y regulador el principal camino de intervención. Este trabajo regulatorio ("gesto pedagógico") se aplicaba tanto a la crianza como a la alimentación, buscando la "normalización alimentaria" a través de la prescripción de pautas sobre cantidades, tipos de alimentos, y momentos adecuados para comer. Las pediatras consideraban que la infancia es un estado inicial de inmadurez y maleabilidad, que requiere intervención para asegurar su crecimiento y desarrollo hacia la completitud adulta, lo cual justificaba su rol regulador. Las intervenciones concretas incluían derivaciones a programas estatales (PROSANE, Plan Más Vida) y fundaciones privadas (Centros CONIN), además de la entrega de leche de fórmula (obtenida a través de convenios con laboratorios privados).