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La presente tesis de licenciatura, enfocada en la Exégesis Bíblica Carolingia, se concentra en Haimón de Auxerre, uno de los mayores exégetas carolingios, con el objetivo de comprender cómo los monjes concebían la guerra y qué vínculo establecían entre el conflicto bélico y la organización social en el periodo. La investigación busca aportar al entendimiento de las tensiones y contradicciones inherentes a la noción de guerra mediante el análisis del Comentario al Apocalipsis de Haimón. La tesis se desarrolló mediante un proceso de estudio que implicó la lectura y análisis del contexto histórico y social, incluyendo el surgimiento de la dinastía carolingia, el papel de las élites, la creciente importancia de las abadías, y la cristalización de la cultura bíblica carolingia. El análisis detallado se sustenta en fragmentos del Expositio in Apocalypsin de Haimón, estudiando su perspectiva sobre la guerra justa según tradiciones como las de San Agustín e Isidoro de Sevilla. Nuestra hipótesis principal, que se afirma en las conclusiones, sostiene que el monje se consideraba inmerso en un conflicto, el cual no era uno más, sino la única guerra que importaba debido a su naturaleza eminentemente espiritual. Haimón interpreta este enfrentamiento como una "guerra vital" o "total" que es lícita y justa, ya que es una reacción ineludible a la agresión de la Bestia (el Diablo). El monje de Auxerre utiliza un tono marcial y un rol profético para deslegitimar a las élites laicas y eclesiásticas corruptas. Haimón concibe a la potencia secular (saecularis potentia) directamente como un membrum del cuerpo de la Bestia, donde el Diablo habita y reina en los príncipes de este siglo. Las conclusiones reafirman que los santos (principalmente los monjes) se constituyen en un ejército "rectamente nombrado por Dios", preparado en los monasterios, que son entendidos como "campamentos militares" para la guerra espiritual. A pesar de este desencanto con la estructura del poder secular, Haimón hace una distinción crucial: si bien la potencia secular es maligna, los individuos con cargos (reyes, nobles, guerreros) pueden ser parte de la alianza de los elegidos. Esto requiere que armonicen su cuerpo y alma mediante una disciplina estricta, lo que justifica el ejercicio de las armas bajo un marco normativo cristiano controlado por la Iglesia. Finalmente, se destaca que Haimón omite usar el término técnico "Guerra Justa", probablemente para evitar ofrecer a las autoridades laicas (cuyos conflictos fratricidas, como Fontenoy, eran vistos negativamente por muchos monjes) una herramienta argumentativa que pudiera justificar su violencia. |
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