Abstract:
La presente investigación aborda el análisis de la categoría de lugar en el libro I del Periphyseon de Juan Escoto Eriúgena, examinando el contexto histórico-discursivo del Renacimiento carolingio, las obras de Agustín de Hipona, el De decem categoriis (atribuido a Agustín durante la Edad Media), y los Ambigua ad Iohannem de Máximo el Confesor. El problema central que se plantea es determinar la concepción de la categoría de lugar en Eriúgena, su importancia en el libro I, su propósito en el sistema y si su formulación es original. Nuestra hipótesis sostiene que existe un desarrollo propio y original de la categoría de lugar en el sistema eriugeniano, el cual es deudor de sus fuentes, pero único en su reformulación. Se argumenta que esta categoría posee una importancia crucial en el libro I, ya que es donde el irlandés establece su metodología de trabajo y los conceptos fundamentales para su ontología y gnoseología, especialmente en relación con la dialéctica. La metodología adoptada en la tesis consistió en un proceso de estudio e investigación que comenzó en 2014, basándose en una lectura minuciosa del libro I del Periphyseon y sus fuentes primarias en idioma original, utilizando las ediciones críticas más recientes (como la de Jeauneau). La investigación se estructura en tres capítulos que exploran el contexto intelectual, el desarrollo argumentativo del libro I y el estudio específico de la categoría de lugar, respectivamente. Entre las conclusiones se destaca la confirmación de la hipótesis. La concepción eriugeniana del lugar es original, ya que no se limita a ser un mero "adorno" o "nombre divino", sino que posee un valor gnoseológico y ontológico fundamental. Ontológicamente, el lugar, junto con el tiempo, es un límite invisible que circunscribe a las cosas creadas, siendo condiciones necesarias (ΩΝ ΑΝΕΥ) sin las cuales los seres finitos no pueden existir ni ser comprendidos. Esto se relaciona con el lugar como el límite o término natural de cada naturaleza finita, aquel ámbito que la contiene e impide que fluya hacia el infinito. Gnoseológicamente, el lugar es identificado con la definición, entendida como una acción intelectual de definir que circunscribe tanto a los objetos materiales como a los inmateriales que residen en la mente. La definición, al ser parte de la disciplina dialéctica, se sitúa en el alma racional, específicamente en su ἐνέργεια u operación, y es una virtud natural e inseparable de esta. Esta capacidad de definir (o de conocer) presupone el conocimiento de la propia existencia por parte de la naturaleza racional e intelectual, como se expresa en el cogito eriugeniano: intelligo me esse (conozco que yo existo). Por lo tanto, el lugar (la definición) es el instrumento por el cual el ser humano y el ángel conocen la realidad creada, lo que demuestra una concordancia exacta entre el plano ontológico y el gnoseológico de la dialéctica.