Fil: Ginestet, Marcela María. Universidad Nacional de La Plata; Argentina.
En
el
análisis
de
los
concejos
castellanos diversos
autores,
utilizando diferentes estrategias,
métodos
y
supuestos,
se
han
ocupado
por
identificar
un
grupo
que
surge
a
través
de
los
documentos,
en
forma
permanente
y
que
presenta grados
de
actuación
en
los
que
se
descubren
múltiples matices.
Se
trata
de
los
«Hombres
Buenos».
En
esa
dirección,
María
del
Carmen
Carlé,
en
un
estudio
clásico,
al
perseguir una
respuesta
al
interrogante
de
quiénes
componen
este
grupo,
comienza
su
estudio
con
un análisis
exhaustivo,
bibliográfico
y
documental-institucional
que,
al
mismo
tiempo,
le
permite
contrastar
teorías
y
definiciones
de esta
categoría
utilizadas
en
otras
áreas
fuera
de
la
región
castellana.
Considera
su
actuación
en
los
concejos
en
tres
campos
de
la
vida
municipal:
el
jurídico,
el
económico
y
el
financiero.
De
acuerdo
con
quienes aparecen
en
el
gobierno
del
concejo
de
las
villas
y
de
las
aldeas,
identifica
a
este
grupo
con
el
de
los
vecinos
a
los
que
entiende
como
aquéllos
que
reunían
tres
elementos: propiedad,
residencia
y
pechos.
Desde
este
punto
de vista,
en
las
aldeas
los
equipara
con
los
labradores.
Para Carlé,
«Hombres
Buenos»
no
designa una
clase social
definida
sino que,
más
bien,
indica una
«situación relacional»
y
de
privilegio
frente
al
núcleo más importante
de
los
vecinos, pues
no
todos
sus
integrantes
poseen
la
calidad
de
hombres
buenos,
y
respecto
de
la
totalidad
de
los
habitantes
del
término.