De la norma gráfica a las prácticas de la escritura : Maestros de escritura y escribientes públicos en París en los siglos XVII y XVIII

Abstract

En 1731, el maestro de escritura jurado Aubrée 1” Aíné le regalaba al primer Presidente del Parlamento de Normandía, en el que trabajaba en verificaciones de escrituras, un Nouveau livre des écritures en usage”. Se trata de un gran folio manuscrito que presenta varios alfabetos cuidadosamente caligrafiados y se abre sobre un bello texto que rindiendo homenaje a la escritura, introduce la partitura a dos voces que se encontrará en la páginas siguientes. SCRIPTURA, un “Arte”, se especifica, “ni mecánique, ni libéral”, “un ornement né pour la lumiére de l'esprit et le plaisir des yeux”, lo que justificó durante mucho tiempo la profesión de los maestros expertos en escritura. Un arte alabado per su magnificencia, prosigue el maestro Aubrée 1'Ainé, y, “pourtant nécessaire aux lettrés comme aux illettrés”, que posibilita “la communication, le message des absents” -aunque estos sean los más humildes de la sociedad- que teje, pues, para todos el “lien de la vie civile”. Así está designada, lejos de la definición artística de la escritura del maestro de escritura, toda la pertinencia social de su homólogo público. Hasta aquí la presenta-ción de dos scriptores, dos prácticas, dos espacios de la letra, cuya historia común está enteramente contenida en la necesidad de la escritura en los siglos XVI al XVIII.