Dvoskin, Gabriel; Zunino, Gabriela Mariel; Raiter, Alejandro; Zunino, Gabriela Mariel
Abstract:
La Ley de Educación Nacional, sancionada en 2006, en la Argentina, estableció la obligatoriedad del nivel secundario completo, medida que extendió la educación formal de diez a trece años. Entre sus objetivos prioritarios se mencionan la inclusión social y la reivindicación de la educación como un derecho y como un espacio de formación de la conciencia crítica y reflexiva de los estudiantes, objetivo este último que, en la precedente Ley Federal de Educación (1993), estaba reservado para el nivel universitario. La formación de un estudiante crítico exige concebir la educación como un proceso de producción de conocimiento, en constante movimiento, y, por lo tanto, incompleto, idea que contrasta con la noción de educación como forma de capacitación del sujeto para el mercado laboral (Orlandi, 2016). Este cambio de paradigma implica numerosas dificultades para su implementación, por lo que podría abrir un hiato entre los postulados de la ley y su realización en el ámbito escolar. En esta investigación, analizaremos, con herramientas del Análisis del Discurso, en qué medida los nuevos objetivos propuestos son efectivamente desarrollados en la actualidad en la educación formal. Para ello, tomaremos los materiales didácticos elaborados para llevar a cabo las actividades tendientes a lograr dichos objetivos. Nos centraremos en los libros de texto de las materias Lengua, Historia y Ciencias Naturales, publicados por las editoriales Santillana y Kapelusz para 1°, 2° y 3° años del nivel secundario, en Capital Federal, y los compararemos con aquellos que habían sido elaborados previo a la sanción de la ley. Este análisis nos permitirá caracterizar el discurso pedagógico actual e indagar cuáles son las funciones que cumple la institución escolar, actualmente, en la Argentina. La hipótesis general de nuestra investigación es que la formación de un estudiante crítico requiere de un tipo de discurso pedagógico que permita al alumno y al docente inscribirse en nuevas posiciones de sujeto, lo que habilitará la circulación de sentidos diferentes a los ya legitimados. Este proceso posibilitará la reflexión, la discusión y el cuestionamiento en el contexto de clase. Este tipo de discurso debe presentar un estilo polifónico, que remita la diversidad de voces y sus respectivas posiciones de sujeto a las formaciones discursivas que las dominan y, de ese modo, el estudiante podrá reconocer la filiación histórica de la producción de conocimiento.