Abstract:
Hacia mediados de la década de 1880, una vez concluida formalmente la así llamada "Conquista del Desierto", muchos grupos originarios de Norpatagonia fueron confinados en las costas del Río Negro. Este confinamiento, si bien es temporal, ha sido una fase críitica en un proceso de subordinación estructural que involucró tanto la apropiación de la tierra y la fuerza de trabajo indígena, como la incorporación simbólica de los indígenas dentro de una "comunidad nacional", en tanto "otros internos". Mientras que las distintas agencias que procuraron la incorporación del indígena al estado-nación definían la "comunidad nacional" en formas diferentes, las campañas evangélicas de los misioneros de la Orden de San Francisco de Sales fueron cruciales para dirigir nuevos procesos de comunalización que tomaron lugar entre los grupos confinados. En este caso, la incorporación indígena al nuevo orden social fue definida por el concepto de "feligresía", en el cual se relacionaba y distanciaba, simultáneamente, con el modelo de "ciudadano-indígena-argentino" propuesto por las agencias estatales. Este artículo analiza, entonces, las estrategias misioneras e indígenas de (des)marcación que tomaron lugar durante este período de confinamiento, ambas deben ser contempladas como prácticas cruciales para comprender el proceso mayor de subordinación indígena.