El giro filológico en los estudios literarios comparados (siglos XX y XXI)

Abstract

Los recientes intentos de hacer literatura comparada en respuesta a las condiciones mundiales actuales han tomado el ejemplo del largo compromiso lde Edward Said con la obra de Erich Auerbach, que se extendió desde 1969 (a partir de la cotraducción de Said de "Philologie der Weltliteratur") hasta su reintroducción de 2003 de Mimesis, la capital obra de Auerbach. Auerbach simboliza para Said tanto las posibilidades como las limitaciones de Filología Románica, o, en otras palabras, los enfoques tradicionales del comparatismo. Por un lado, Said presentó el método filológico de Auerbach como un modelo de "crítica secular". Pero, por otra parte, Said reconoció que el concepto de la literatura de Auerbach fue, sin embargo, eurocéntrica, con sus raíces en la encarnación cristiana y su primer florecimiento en La Divina Comedia. Las necesidad de nuevos enfoques para la filología, Weltliteratur y literatura comparada que han seguido la estela de Said no han abordado directamente la cuestión que subyace en su compromiso con Auerbach: ¿Cómo puede la literatura, un concepto que tiene un origen estrictamente europeo, ser adecuada para formas no europeas de escritura? Un proyecto arqueológico de este tipo es, como Agamben ha enfatizado, una filología vuelta contra sí misma -o "la destrucción de la destrucción". Este proyecto pretende ser parte de la literatura comparada por venir, cuya misión es desenterrar los enfoques sobre el lenguaje de la nueva filología enterrados en su pasado colonial. A la pregunta sobre qué puede sobrevenir después de la filología de la Weltliteratur, respondemos, con Hamacher, que se puede esperar que eso sea la post-filología. Sin embargo, no sólo toda respuesta (incluso ésta) a esta pregunta es una respuesta filológica, pues nadie podría comprender la pregunta ni sería capaz de una respuesta sin un mínimo de filología, sino que ya la pregunta es una pregunta elementalmente filológica, si pregunta por el fin y el más allá de la filología. Desde el comienzo la filología va hacía algo más allá de lo que es ella misma. Es el camino hacia lo que ella no es y, por eso, ella es, transitivamente, su no y su después. Su ser es la cercanía por más lejos que esté, por más cerca que esté, la lejanía. “Lejacercanía” es el espacio de tiempo que se abre a la filología y que permanece cerrado a la filosofía.