The literature regarding the study of big cities and in particular the analysis of its expansion, refers to the use of concepts such as metropolis, agglomeration, big city, zone - area - metropolitan region, conurbation, megalopolis, urban region, and more recently, metapolis, in a more comprehensive way than the notion of city . However, these expressions are often used without consensus or certainties about their precise meaning, territorial scope and structural condition. In addition, and regardless of the degree of agglomeration inside the conurbation, the importance of identifying the functional city with some degree of accuracy concerns administrative and management reasons. Indeed, a minimum coordination is needed due to the plurality of districts involved, upon which there are flow developments, service networks and problem generations, whose resolution necessarily has to be agreed by the governments involved, as well as by other social actors. In this article we offer some conceptual clarification on these issues, trying to support their most appropriate use as terms to define processes and complex configurations. We also add a methodological proposal which, applied to the case study, is deemed useful for the determination of the respective territorial scopes.
La literatura referida al estudio de grandes urbes y particularmente al análisis de su expansión, remite a la utilización de conceptos tales como metrópolis, aglomeración, gran ciudad, zona - área - región metropolitana, conurbación, megalópolis, región urbana, y más recientemente, metápolis, como nociones más abarcadoras que la de ciudad. Sin embargo, a menudo los mismos se aplican sin consenso ni certezas sobre su significado preciso, alcance territorial o condición estructural. Por otra parte, e independiente del grado de aglomeración física de las unidades integrantes, la importancia de identificar con cierto rigor a la ciudad funcional, apunta a razones de calidad administrativa y de gestión. En efecto, la pluralidad de distritos involucrados, sobre los cuales hay desarrollo de flujos, redes de servicios y generación de problemas, cuya resolución necesariamente ha de ser consensuada por los gobiernos implicados, así como por otros actores de la sociedad civil, requiere de la implementación de una coordinación mínima. En este artículo ofrecemos algunas aclaraciones conceptuales sobre estas cuestiones, procurando fundamentar su uso más apropiado, como terminología definitoria de procesos y configuraciones complejas, sumando una propuesta metodológica que, aplicada al estudio de caso, ponderamos útil para la determinación de los respectivos alcances territoriales.
Fil: Kralich, Susana. CONICET. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Geografía; Argentina.