Se celebra hoy en el Olimpo un juicio extraordinario: reunida la Curia divina bajo la presidencia de Júpiter, sus miembros debaten acaloradamente si se ha de divinizar o no a un extraño personaje, “de buena estatura, de cabellos canos, que arrastra el pie derecho, mueve constantemente la cabeza y cuya voz indistinta emite confusos sonidos”.
Pero, ¿quién es este hombre singular que así ha movido la mansión divina? ¿Qué méritos posee para exigir ser dios? Se trata de Tiberio Claudio Druso, emperador de los romanos, muerto el tercer día antes de los idus de octubre, a los sesenta y cuatro años de edad y catorce de reinado.
Fil: Formisano, Lilia Myriam. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Historia Antigua y Medieval “José Luis Romero”; Argentina.