Sevilla,
en cualquiera
de los últimos
años
del siglo XIII.
Sobre
la
llanura que el Guadalquivir recorta en curvas, la ciudad se achata blanca
y extendida. Las altas siluetas de torres y minaretes rompen la monotonía de la edificación. Junto al río, reflejan el sol los mosaicos de la "Torre del Oro; más allá, levanta la Giralda su esbeltez, de elegancia incomparable.
Fil: Carlé, María del Carmen. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Historia Antigua y Medieval “José Luis Romero”; Argentina.