Es significativo que el primer trabajo debido a la pluma de San Agustín
corresponda a un tema puramente estético. Ese escrito, titulado “De pulchro et
apto”, debió de ser compuesto alrededor del año 380, cuando era aún profesor
de retórica en Cartago y frisaba en los 26 años. De ese intento juvenil habría
de acordarse mucho después en sus Confesiones' para reflexionar así: ¿“Amamos acaso otra cosa que lo bello? ¿Qué es, pues, lo bello? ¿Y qué la belleza?
¿Qué es lo que nos atrae y vincula a las cosas que amamos? Si no hubiese en ellas
brillo y hermosura, en modo alguno nos excitarían ... Y yo no advertía que en
los mismos cuerpos existe, por una parte, lo bello que resulta de la armonía del
conjunto, y por la otra, lo apto, que proviene de la apropiada acomodación de
una
cosa con otra...
espíritu desde lo
dos o tres, creo.
extraviaron no sé
¿Qué razón
Y —continúa diciendo—
esta consideración
surgió en mi
íntimo de mi corazón, y escribí los libros “De pulchro et apto”,
Tú lo sabes, mi Dios; yo ya no recuerdo. Ya no los poseo; se me
extraviaron no sé cómo”.
Fil: Pagés, Gerardo H. Universidad de Buenos Aires, Argentina.