Abstract:
En Recursos Humanos y efectos colaterales, Gabriela Liffschitz compone una serie de autorretratos, verbales y visuales, de un cuerpo específico: el cuerpo de una mujer que tiene cáncer. Sin disimular las marcas de la enfermedad ni escribir con ellas un melodrama lacrimógeno, Liffschitz escenifica la belleza e incluso la femineidad como artificio. Libro y muestra de fotografías, terapéutica visual, prosa poética con imágenes, la obra de Liffschitz no pertenece a ningún género y simultáneamente navega entre todos. No convoca a una lectura autónoma de lo fotográfico sino que pide ser leída en relación con la experiencia de la fotógrafa, aunque eluda la simple mostración de la realidad o la inocencia del testimonio visual. Producido en un momento de relativa destrucción de la autonomía estética, el trabajo de Liffschitz ofrece imágenes que no reproducen nada: ni los códigos de la buena o mala fotografía, ni los moldes discursivos para narrar el cáncer, ni siquiera el objeto fotografiado. Son imágenes diaspóricas, ni realidad ni ficción, al mismo tiempo ficción y realidad. Son imágenes que desafían el presente sugiriendo que jamás somos un cuerpo, ni siquiera lo poseemos; solo lo ganamos o lo perdemos, lo entregamos al placer o al deseo.