Fil: Pulido, Aldana Beatriz. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras; Argentina
En la tesis “Género, sociabilidad femenina y consumo. Rosario, 1919-1939”, se utiliza una variedad de fuentes para realizar un estudio descriptivo-interpretativo de las prácticas de sociabilidad informal vinculadas al consumo de las mujeres rosarinas. A partir de un enfoque teórico-metodológico interseccional, se abordan cuatro prácticas de sociabilidad: la reunión social, el veraneo, la práctica de escritura y, finalmente, la experiencia de vestirse a la moda.
En el primer capítulo el “adentro” de la ciudad, con su sociabilidad burguesa cristalizada en visitas y encuentros. Luego, se construye el “afuera” a partir de la práctica del veraneo, dónde la burguesía rosarina buscaba mezclarse con otras clases dominantes (fundamentalmente porteñas) sin dejar de, simultáneamente, proyectarse y destacarse en su propia ciudad a partir de la prensa local. En el capítulo siguiente, se pasa a otro tipo de espacialidad, ya no geográfica sino textual; las prácticas de escritura femenina que crean espacios de encuentro en los intersticios de una prensa, un mercado editorial y un campo literario y cultural, fuertemente masculinizado. Por último, una práctica transversal a las anteriores: el vestir a la moda, dónde las mujeres burguesas se identifican y se demarcan no sólo en términos de género sino de clase y dónde el consumo aparece nítidamente como un ordenador social.
Como conclusiones, se afirma que, en el marco de las dos décadas pesquisadas, en la ciudad de Rosario, advenir a la feminidad burguesa significó, más allá de una posición estructural, construir una identidad de género y de clase. Mucho de esa identidad, se constituyó en las relaciones entabladas por las mujeres burguesas con otros y otras de su misma clase pero también de otros sectores sociales, es decir, en la diversidad de sus prácticas de sociabilidad.
Finalmente, aunque estas prácticas tenían una especificidad femenina que las diferenciaba de las masculinas y que les dio capacidad de agencia, en última instancia, las burguesas rosarinas prefirieron distinguirse más de sus congéneres de otras clases sociales, antes que de los varones de su clase. Para distinguirse de esas otras, construyeron fronteras materiales y simbólicas signadas por el consumo.