Fil: Plácido, Domingo. Universidad Complutense; España.
Si resulta objeto de discusión la pertinencia de llamar “imperialismo” a las
relaciones establecidas después de las Guerras Médicas entre Atenas y sus aliados
de la Liga de Delos, a causa del posible anacronismo de aplicar al pasado remoto un
término acuñado para definir situaciones modernas, no está menos sometida a debate
la cuestión de la popularidad del Imperio ateniense entre las ciudades aliadas', la que,
al aliviar considerablemente la presión del dominante, haría improcedente la aplicación
de un término como “imperialismo”, que sin duda contiene connotaciones claras de
dureza y presión coercitiva. La situación se complica aún más si se tiene en cuenta la
coincidencia cronológica entre ese imperio, arché en el griego de Tucídides, y el
momento de mayor desarrollo de la democracia dentro de la ciudad. Sin duda, las
posibilidades de acercamiento a una cuestión así tienen que contar con las variantes
que afectan al tiempo, a los procesos de consolidación y de riesgo susceptibles de
desvelar cambios radicales que lleguen a plasmarse en la contradicción misma. De otra
parte, como la cuestión se convierte en eje de trayectorias de historia interna y de
historia externa, es preciso intentar comprender los modos en que se articula en los
momentos y acontecimientos precisos, al ponerse de relieve la poca eficacia de
planteamientos que, por razones metodológicas, separan ambas líneas de evolución.
Finalmente, dado el variado campo de la historia afectado por la cuestión, es preciso
proceder a diversos acercamientos, en los terrenos económico, político e ideológico, con el ánimo de intentar una visión totalizadora que permita arrojar una mirada de
conjunto sobre la realidad, donde quepan, integrados, todos sus aspectos, para que
la integración revele el modo de conjugarse las contradicciones y éstas aparezcan, sin
dejar de serlo, como el faro que ilumina la complejidad de las relaciones humanas.