Abstract:
Fue J. A. Maravall quien, ya hace muchos años, llamó la atención sobre el ascenso social y la participación de los letrados en la administración del reino de Castilla, a través de un lento proceso iniciado tras la recepción del derecho romano-canónico. Para este insigne historiador fue a partir de Alfonso XI cuando la monarquía comenzó a utilizar conscientemente las facultades de los letrados en su propio beneficio, situándolos en aquellos puestos de la administración donde podían resultar más necesarios -consejeros, jueces, etc.-; pues siempre se mostraron partidarios de la realeza, ya que era ésta quien los sustentaba y los promocionaba. Según Maravall, a fines de la Edad Media los letrados eran ya lo suficientemente importantes en el funcionamiento y en la administración de la corte castellana como para constituir un grupo de poder con características propias, que se fue haciendo indispensable para el soberano como consejeros íntimos hasta el punto de influir muy considerablemente en la toma de decisiones políticas.