En base la experiencia de la cantora y educadora intercultural aymara Rosa Qhispi (Región de Tarapacá, norte de Chile) se aborda el vínculo entre canto y lugar en tres vertientes cruzadas. La relativa al rol (lugar) tradicional de la cantora andina explicita su carencia de un lugar de enunciación, configurada por un silenciamiento histórico y estructural –perpetuado en la interculturalidad neoliberal– que determina su inaudibilidad. La geográfica, por su parte, refiere a la migración a la ciudad, el desarraigo y la situación de translocalidad que caracteriza a las y los sujetos aymaras en la región, en permanente tránsito entre los espacios urbanos y rurales. Por último, en la dimensión mnémica se propone a las prácticas musicales como lugares de memoria en cuanto instancias de recreación de la memoria colectiva que se activan en diferentes espacios y contextos, con distintos niveles de vinculación territorial. El disco, como lugar de memoria deslocalizado, constituye una herramienta fundamental al permitir a Rosa performar y proyectar su rol de acuerdo con sus propias nociones de tradición e interculturalidad. Los animales presentes en las canciones potencian el nexo voz-lugar del canto con la comunidad y la naturaleza.
Para acceder al dossier utilice el link: http://revistascientificas.filo.uba.ar/index.php/RPS/article/view/11349