Abstract:
A más de 40O años del nacimiento de la ópera en el Palacio Bardi por
la acción de quienes integraban la famosa Camerana Florentina (1592), el
género sigue teniendo no sólo vigencia, sino una vitalidad que le permite
enriquecerse con la incorporación de los más diversos elementos propios de
otras artes. En las primeras décadas del Novecento,se difunde la llamada
ópera de cámara, un tipo de teatro musical que se caracteriza por la inclusión
de pocos personajes, sobrio aparato escénico, limitado número de
instrumentos y acciones acotadas, todo ello para permitir su presentación
ante pocos espectadores en un ámbito de dimensiones reducidas.
Viejo e Indecente, (una hermosa pelea), ópera de cámara de Ignacio
Carosi, estrenada en el 2005, ejemplifica la vigencia y plantea interesantes
puntos de análisis en lo que se refiere a la interrelación de artes, en la medida
en que combina canto, narración oral y video. Estos medios expresivos
establecen un efectivo diálogo con la música generada por instrumentos de
viento y de cuerdas, cuya escritura contrapuntística muy individualizada
permite jugar con las remisiones sonoras entre la flauta, el piano y el
violoncelo, de modo particular. La obra que recrea la hipotética relación de
Charles Bukowski, con su alter ego, Henry Chinaski, protagonista de muchas
de sus novelas, o relatos, alterna, según Ignacio Carosi, los dos mundos del
consagrado autor: el exterior y decadente en el que estaba inmerso, y su
interior, asombrosamente creativo.