Abstract:
El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, establecido en la Metrópoli a partir de 1483, resulta una institución imprescindible para entender la cultura intelectual española de los siglos XVI, XVII y XVIII. A lo largo de todo el período colonial, las tareas de este Tribunal en efecto, marcaron un severo límite tanto para la creación como la circulación de ideas renovadoras de uno y otro lado del Atlántico, tal como lo puede comprobar quien indague en los archivos y estudios existentes al respecto. De todas maneras, también pueden hallarse algunos indicios de que ese control de las ideas no fue, ni podría haber sido, absoluto. En este trabajo, después de reconstruir brevemente la historia y la organización de la Inquisición en América del Sur, nos detenemos en dos casos de librepensadores -Nicolás Legras y Juan Antonio de Olavarrieta- que fueron juzgados por sus ideas y escritos, en 1666 y 1802 respectivamente, y que podrían representar la punta de un hilo que nos condujera hacia una interpretación menos monolítica del saber en las colonias americanas.