A diferencia de Emma Bovary, Beckett no se preocupa porque su obra solo haga bailar a los osos, así como tampoco espera conmover a las estrellas. En lo que respecta al caldero, éste puede, como Ia olla de Mr.Knott, no ser exactamenle lo que parece. Las únicas certezas de Beckett son las rajaduras, y el vacío que hay dentro. Como dice Julian Barnes diciendo a Flaubert: "No es lo que construyeron. Es lo que demolieron. No son las casas. Son los espacios entre las casas. No son las calles que existen. Son las calles que ya no existen." Esto es lo que cuenta. O lo único con lo que contamos.
Fil: Legorburo, Beatriz. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras; Buenos Aires