Tras la acerada resistencia de Alfonso II el Casto en su todavía
serrana monarquía, el duelo desigual de Oviedo contra Córdoba,
que duraba ya alrededor de siglo y medio, comenzó a tener por
plaza de armas las estribaciones meridionales de la cordillera cantábrica. Osó ya avanzar hacia ellas Ramiro I (842-850), pero durante
su fugaz paso por el trono no pudo consolidar sus fronteras al sur
de los montes. Fué su hijo Ordoño I (850-866) quien llevó a cabo
tal empresa. Repobló Tuy en la boca del Miño, en la natural entrada a las costas gallegas, Astorga y León, ante los pasos de acceso
a Galicia y a Asturias, y Amaya, en el camino de Cantabria y de
las tierras vascas. Para salvaguardar esa nueva raya fronteriza de
las acometidas
islamitas, Ordoño
combatió
o hizo
combatir
a sus
guerreros lejos de ella, en los valles del Tajo o del Ebro medio.
Fil: Sánchez-Albornoz, Claudio. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Historia Antigua y Medieval “José Luis Romero”; Argentina.