Abstract:
En el universo discursivo del ensayo, el texto literario y la pedagogía, y en un período que abarca los últimos años del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, podemos constatar la regularidad, la amplitud de los sujetos y espacios de enunciación, y la insistencia en un tema como el de la lectura de las mujeres. Desde la elite intelectual y desde los distintos estamentos de la institución escolar hay una real preocupación por el impacto que la lectura puede efectivamente producir sobre las almas y cuerpos de las mujeres. Los argumentos que legitiman esta preocupación se derivan tanto de una imagen que la sociedad tiene acerca del “alma femenina”, de las capacidades o incapacidades intelectuales que se supone son propias de la mujer como de una idea de la lectura. El objetivo del presente trabajo es indagar en la configuración que del imaginario femenino se proyectaba desde los discursos autorizados que se ponían en funcionamiento para su control, en lo que podríamos llamar, siguiendo a Foucault, un “dispositivo de lectura”. A tal efecto, se analizan una serie de textos de “maestras escritoras”, en especial Raquel Camaña y Herminia Brumana, quienes serán voceras privilegiadas para aconsejar, disciplinar y advertir contra los peligros de una naturaleza femenina expuesta a las excitaciones inconvenientes de la imaginación